Músculo cardíaco: el corazón como bomba y la función de las válvulas cardíacas
Con este capítulo comenzamos
el análisis del corazón
y del aparato circulatorio. El
corazón, que se muestra en imagen 9-1, está formado realmente
por dos bombas separadas:
un corazón derecho que
bombea sangre hacia los pulmones
y un corazón izquierdo que bombea sangre hacia los
órganos periféricos. A su vez, cada uno de estos corazones
es una bomba bicameral pulsátil formada por una aurícula y
un ventrículo. Cada una de las aurículas es una bomba débil
de cebado del ventrículo, que contribuye a transportar sangre
hacia el ventrículo correspondiente. Los ventrículos después
aportan la principal fuerza del bombeo que impulsa la sangre:
1) hacia la circulación pulmonar por el ventrículo derecho o
2) hacia la circulación periférica por el ventrículo izquierdo.
Mecanismos especiales del corazón producen una sucesión
continuada de contracciones cardíacas denominada ritmicidad
cardíaca, que transmite potenciales de acción por todo el
músculo cardíaco y determina su latido rítmico. En este capítulo
se explica la función de bomba del corazón, comenzando con
las características especiales del propio músculo cardíaco.
Fisiología del músculo cardíaco.
El corazón está formado por tres tipos principales de músculo
cardíaco: músculo auricular, músculo ventricular y
fibras musculares especializadas de excitación y de conducción.
El músculo auricular y ventricular se contrae de manera
muy similar al músculo esquelético, excepto que la duración
de la contracción es mucho mayor. No obstante, las fibras
especializadas de excitación y de conducción se contraen
sólo débilmente porque contienen pocas fibrillas contráctiles;
en cambio, presentan descargas eléctricas rítmicas automáticas
en forma de potenciales de acción o conducción de
los potenciales de acción por todo el corazón, formando así
un sistema excitador que controla el latido rítmico cardíaco.
Anatomía fisiológica del músculo cardíaco.
La imagen 9-2 muestra la histología del músculo cardíaco, que
presenta las fibras musculares cardíacas dispuestas en un
retículo, de modo que las fibras se dividen, se vuelven a combinar
y se separan de nuevo. Se puede ver fácilmente a partir
de esta imagen que el músculo cardíaco es estriado igual que
el músculo esquelético. Además, el músculo cardíaco tiene
las miofibrillas típicas que contienen filamentos de actina y
de miosina casi idénticos a los que se encuentran en el músculo
esquelético; estos filamentos están unos al lado de otros
y se deslizan entre sí durante la contracción de la misma
manera que ocurre en el músculo esquelético,
aunque en otros aspectos el músculo cardíaco es bastante
diferente del músculo esquelético, como se verá.
Músculo cardíaco como sincitio. Las zonas oscuras
que atraviesan las fibras musculares cardíacas de la imagen 9-2
se denominan discos intercalados; realmente son membranas
celulares que separan las células musculares cardíacas individuales
entre sí. Es decir, las fibras musculares cardíacas están
formadas por muchas células individuales conectadas entre
sí en serie y en paralelo.
En cada uno de los discos intercalados las membranas
celulares se fusionan entre sí de tal manera que forman uniones
«comunicantes» (en hendidura) permeables que permiten
una rápida difusión. Por tanto, desde un punto de vista
funcional los iones se mueven con facilidad en el líquido
intracelular a lo largo del eje longitudinal de las fibras musculares
cardíacas, de modo que los potenciales de acción viajan
fácilmente desde una célula muscular cardíaca a la siguiente,
a través de los discos intercalados. Por tanto, el músculo cardíaco
es un sincitio de muchas células musculares cardíacas
en el que las células están tan interconectadas entre sí que
cuando una de ellas se excita el potencial de acción se propaga
a todas, propagándose de una célula a otra a través de
las interconexiones en enrejado.
El corazón realmente está formado por dos sincitios: el
sincitio auricular, que forma las paredes de las dos aurículas,
y el sincitio ventricular, que forma las paredes de los dos
ventrículos. Las aurículas están separadas de los ventrículos
por tejido fibroso que rodea las aberturas de las válvulas
auriculoventriculares (AV) entre las aurículas y los ventrículos.
Normalmente los potenciales no se conducen desde el
sincitio auricular hacia el sincitio ventricular directamente
a través de este tejido fibroso. Por el contrario, sólo son conducidos
por medio de un sistema de conducción especializado
denominado haz AV.
Esta división del músculo del corazón en dos sincitios funcionales
permite que las aurículas se contraigan un pequeño
intervalo antes de la contracción ventricular, lo que es importante
para la eficacia del bombeo del corazón.
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